viernes. 29.03.2024

Las mujeres rurales dependen en su mayoría de los recursos naturales y la agricultura para subsistir, y representan una cuarta parte del conjunto de la población mundial.

En los países en desarrollo, las mujeres rurales suponen aproximadamente el 43 por ciento de la mano de obra agrícola y producen, procesan y preparan gran parte de los alimentos disponibles, por lo que sobre ellas recae la gran responsabilidad de la seguridad alimentaria. Teniendo en cuenta que el 76 por ciento de la población que vive en la extrema pobreza se encuentra en zonas rurales, garantizar el acceso de las mujeres rurales a recursos agrícolas productivos empodera a las mujeres y contribuye a reducir el hambre y la pobreza en el mundo.

El primer Día Internacional de las Mujeres Rurales, se observó el 15 de octubre de 2008. Este día internacional nuevo, establecido por la Asamblea General en su resolución 62/136, de 18 de diciembre de 2007, reconoce «la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural».

Existen más de 6 millones de mujeres rurales que habitan en los pueblos de España, de ellas 700.000 en Castilla y León, que apuestan por el emprendimiento y por construir su propia historia en el medio rural.

Las mujeres rurales representan la columna vertebral de numerosas comunidades, pero siguen enfrentándose a obstáculos que les impiden desarrollar todo su potencial. Los efectos devastadores del cambio climático se suman a sus dificultades.

La agricultura supone casi un tercio del empleo de las mujeres en todo el mundo. Las mujeres cultivan la tierra, hacen acopio de alimentos, agua y combustibles esenciales, y mantienen hogares enteros, pero carecen de acceso en condiciones de igualdad a la tierra, las finanzas, el equipo, los mercados y el poder para adoptar decisiones.

El cambio climático agrava esas desigualdades y deja a las mujeres y las niñas rurales aún más atrás. Entre 2006 y 2016, el sector agrícola de los países en desarrollo sufrió una cuarta parte de los daños y pérdidas totales por los desastres relacionados con el clima, y las mujeres se ven afectadas de manera desproporcionada en esos desastres.

Al mismo tiempo, las mujeres rurales son depositarias de conocimientos y destrezas que pueden ayudar a las comunidades y sociedades a adaptarse a las consecuencias del cambio climático mediante soluciones basadas en la naturaleza y con baja emisión de carbono. Como agricultoras y productoras, desempeñan un papel central en la adopción de prácticas tanto tradicionales como modernas para responder a la variabilidad del clima y a perturbaciones como las sequías, las olas de calor y las precipitaciones extremas.

Escuchar a las mujeres rurales y amplificar sus voces es fundamental para difundir el conocimiento sobre el cambio climático e instar a los gobiernos, las empresas y los líderes comunitarios a no quedarse con los brazos cruzados. Como pioneras de las nuevas técnicas agrícolas, primeras actoras en la respuesta a las crisis y empresarias de la energía verde, las mujeres rurales son una fuerza poderosa que puede impulsar el progreso mundial.

Fuente: ONU

Hoy es el día Internacional de la Mujer Rural, en España más de seis millones de...