jueves. 25.04.2024

Con miedo por la repercusión y sobre todo por sus mayores, los habitantes de la localidad vecina portuguesa de Miranda do Douro comentaban que la pandemia había llegado también a Miranda, eso si, solo un caso y que fue inmediatamente aislado al principio de los peores momentos de la pandemia.

Portugal hizo sus deberes desde el inicio y han sido más que previsores y cuidadosos con las medidas y soluciones para poder atajar esta pandemia que metía el miedo en todas partes y sobre todo en los pueblos más cercanos a la raya con Zamora. Castilla y León tenía un índice de contagio superior al país vecino al completo y las muertes casi han doblado en nuestra comunidad al total del país vecino.

Serían ellos los que tenían que tener miedo de la apertura de fronteras puesto que su estado de Calamidad es también un estado restrictivo y que puede hacer valer los confinamientos en cualquier momento de contagio o de casos aunque sean aislados.

En Bragança se preparó en su momento un hospital de campaña que añadía camas a la zona y se mantenían verdaderos estados de sitio en la ciudad según nos cuentan los comerciantes de Miranda que pudieron ver "in situ" la cantidad de medidas de prevención que se pusieron en marcha.

Hoy Miranda do Douro es una ciudad abierta ya a los visitantes y la normalidad relativa se va viendo en sus calles que aunque aún no cuentan con aquellas largas colas para entrar en los comercios ni tampoco en los parkings para autobuses y coches habilitados en sus tiempos más boyantes, están listos para la visita del comprador. La Guardia Nacional Republicana trabaja en el control, los bomberos rehacen sus instalaciones en la zona junto con los miembros de protección Civil, también los empleados del ayuntamiento de Miranda se esmeran para desbrozar parques y jardines y así la ciudad vuelve a una relativa normalidad que esperan de a la zona un nuevo tiempo de esperanza.

 

Miranda DO Douro, un solo caso de COVID-19 en todo el tiempo de pandemia