miércoles. 24.04.2024

Aclarando a los que me seguís en esta aventura del recuerdo de hace seis meses, reitero que no hemos aprendido nada. No hemos aprendido ni a leer siquiera, puesto que muchos me habéis llamado para saber como estoy, pues bien estoy bien, apenado porque lo que cuento sigue sin valerle a muchos de esos que llaman negacionistas.

 El jueves tras la fatídica noche de miedos y viajes astrales a cuenta del cabrón del bicho, llegaba para hacerme más pruebas, análisis placa al canto a ver como iba esa neumonía bilateral y como no esa saturación que ni con todas las pastillas del mundo subía de 95.

David daba órdenes de nuevo y llegaban más ingresos, y también uno de los compañeros de planta pasaba a la UCI, lo supe luego porque en la noche se oía todo, y las enfermeras quedaban muy cerca de mi habitación de la 1307 una habitación y unos números que me siguen encantando porque allí volvió a empezar todo. 

Preocupado por mi padre que no sabía si evolucionaba o no bien, y sabiendo lo sayagués modorro que era y es, confiaba en que pudiera salir adelante, esperaba que el alta fuera a la vez, pero no, mi padre se quedó otros 13 días más que yo en aquella cuarta planta en la que no podíamos recibir visitas y sus comunicaciones, con una sordera como la de él...me estaba partiendo el corazón. Y hablo de alta porque fue la primera vez que oí esa bendita frase ..."si sigue así podemos estudiar el darle el alta"!!! me hicieron los ojos " chiribitas y el corazón zasca" se puso a latir uffff muy deprisa....pero no las tenía yo todas conmigo, aún tenía fiebre pero ya no subía de 38ºC, a ver si baja coño que me quiero ir a casa. 

El jueves se pasó entre un estado de ánimo mucho mejor ayudado por las palabras mágicas, pero aún sentía dolores y un cansancio tremendo. Pude asomarme a la ventana y abrirla aunque con el plumas por encima, porque como son las cosas...me acordé de mi madre, "ponte algo hijo no me cojas frío"...lo tuve todo la noche del miércoles mamá, todo. Ni siquiera en los fiordos en Noruega a -22º pasé tanto frío como aquella noche. La cena a las 20:30 horas, y luego hasta pensé en poner la tele que no la había visto ni un solo día...y la tenía gratis que me lo dijeron. Como estaría mi cuerpo y mi cabeza. A las 21:30 me levanté de la cama y me afeité, cosas de la pitera que tenía en esos días que hacía cosas que yo mismo pensé más tarde...te estás trastornando. Y me vi la cara de cadáver que tenía, las ojeras que me llegaban a la barbilla y ...puffff que mala pinta tienes Paco!!!. Pero una vez afeitado y de postre, me comí una palmera de chocolate y un tigretón que me habían mandado las peques por las hadas madrinas del hospital.

David el enfermero con el ánimo más feroz de toda la planta y que llevaba desde las ocho de la mañana allí me dio las buenas noches y me dijo, Paco lo peor ya ha pasado o eso parece al menos vas remontando. Pero lo que son los gallegos, me dejó pensativo y seguí dándome ánimos a mi mismo, rezé, a San Lorenzo, a mi Cristo de las Injurias y pedí por que todo fuera un mal sueño, que no, que no fue, fue una de las peores pesadillas despierto de mi vida.

La noche tenía muchas ganas de que pasara rápido para que la doctora me dijera por la mañana que ya habían estudiado todo y que tenía la boleta para irme a casa, pero...quedaban muchas horas y las noches se hacían eternas. Conversé antes de caer en los brazos de todas las pastillas que me seguía tomando, con las peques, con mi Cris que no dejó de darme los buenos días y las buenas noches durante todos y cada uno de los días y sigue haciéndolo, con amigos, y con otro ángel de la guarda, Carmen Suan, que me volvió a dar todos los ánimos y me dijo que si estaba ella de guardia y me daban el alta se plantaba allí con todas las sirenas puestas a buscarme. Ahora que ella está pachucha le deseo de todo corazón con churros, con chocolate y porras que mejore cuanto antes, porque los TES la echan de menos y todos los que la queremos también.

El jueves fue de escalofríos en lo sanitario, tuve no se cuantos durante el día y la noche pero en lo anímico era de remontada, la palabra mágica, la del alta...sonaba y creo que animé a mis glóbulos rojos, a los blancos, a las plaquetas y a todos los animalitos de mi cuerpo a que lucharan con el COVID-19 que vino a verme y que intentó llevarme a su huerto. El jueves había pasado casi pero el hospital estaba en máximos, no paraba el trasiego nocturno y diurno de gente que ingresaba, pero que estaba pasando, Dios se había olvidado de nosotros o esto era el fin del mundo que llegaba así y se llevaba a todo bicho viviente. Menos mal que habían dicho que los niños no padecían el animal...era lo que me consolaba, pero pensaba en tantos y tantos abuelos y también en los que intubados y boca abajo...."me cago en los negacionistas y en Miguel Bosé". 

Lo siento pero no pude por menos...el viernes llega en nada...

El COVID-19 que vino a verme IV. Escalofríos e intento de remontada. Siempre...