viernes. 29.03.2024

"Queremos volver... nos gusta jugar". Es la voz de un club, pero que resume el sentir general de todas las plantillas volcadas en cuerpo y alma a la práctica del deporte de equipo en edad escolar. La cuenta atrás se hace demasiado larga para los equipos provinciales tras ocho meses de parón por el coronavirus y con un futuro que, a corto plazo, está marcado por una incertidumbre total. Algo que los menores acusan y, por ende, también los padres. "Al final los niños lo que necesitan es correr y jugar", algo que, a día de hoy, se ve reducir a los descansos en el recreo del colegio y al ámbito particular. 

Así lo explica Ángel Herrero, padre y colaborador de la página web del Unión Deportiva Pinilla Duero, con una plantilla de menores parados y sin posibilidad de entrenar con sus respectivos equipos. Una situación que comparten todos los clubes regionales y provinciales de Zamora, con los campos y pabellones cerrados y a expensas del Ayuntamiento como responsable subsidiario de las instalaciones y terrenos de juego.

No hay posibilidad de entrenar, pero el horizonte del arranque de temporada tampoco pinta más optimista. Por el momento, la única referencia con la que cuentan los clubes de categorías inferiores es el marcado por la Federación (a instancias de la Junta de Castilla y León) para enero de 2021, pero sin garantías, no sólo por el devenir de la situación, sino por las instituciones superiores y, esta temporada en particular, también por los propios clubes, conscientes de la responsabilidad extra en esta época en la que el coronavirus se posiciona como el rival más peligroso a batir. Lo estamos viendo en los equipos profesionales y en los clubes que compiten a nivel nacional, donde algunos ya arrastran varias jornadas sin poder competir.

El deporte de contacto en edad escolar se enfrenta así a una complicada baraja en la que dependen, en primera instancia, de lo que dicte la Junta de Castilla y León, seguido de la Federación y, en última instancia y en el caso de los clubes zamoranos, del Ayuntamiento, de cara a los entrenamientos, punto importante de cara a que los equipos lleguen en las mejores condiciones posibles. "Al final, la Federación propone pero la Junta (de Castilla y León) dispone", señala Ángel, consciente de la complicada situación y de la responsabilidad de cada institución y de los propios clubes en un momento en el que el riesgo cero no existe, ni dentro ni fuera del terreno de juego. Un llamamiento también a no estigmatizar el deporte.

Todo ello sumado al hecho de que los menores, a estas alturas, estarían prácticamente culminando la primera vuelta y con tres meses ya de entrenamientos y partidos a sus espaldas. El 2020 ha obligado a los más pequeños a colgar las botas y retrasar el estreno de sus equipaciones, algo que si ya se hace cuesta arriba para los padres, entrenadores y direcciones, difícilmente pueden entender los protagonistas.

Mientras tanto, sólo les queda esperar, un verbo que ya comienza a pesar ante una pandemia que ha desdibujado cualquier previsión y que requiere muchas dosis de improvisación, paciencia y responsabilidad. No queda otra.

“Queremos volver al campo”: la voz de padres y niños de los clubes provinciales