jueves. 28.03.2024

Javier del Estal tiene 16 años y estudia 4º de la ESO. Reside en Getafe pero es originario de Granja de Moreruela, el pueblo de sus abuelos paternos y de su padre. Toca el violín desde los 8 años de edad, pero su cara empieza a ser conocida en Youtube y Spotify por su rap "Fin", una canción que compuso, como él mismo dice, para "despertar conciencias porque veo a la gente dormida".

 El videoclip ha sido grabado por uno de sus amigos en Madrid capital, Leganés, "en la plaza en la que jugaba de niño con mis amigos", explica, y en Getafe, donde actualmente vive con su madre y su hermana. La canción si se grabó en un estudio profesional.

Javier del Estal insiste en que no quiere ser rapero, solo exprear emociones que "llevo dentro" con letras que hagan "pensar a la gente". Cree que mucha de la música actual está "vacía de contenido" con canciones "muy parecidas" y él quería hacer algo diferente. "Quiero que la gente que me rodea deje de estar dormida y solo piense en aparentar lo que no es", apunta.

Aunque es amante de la música desde pequeño y también toca el violín, reconoce que componer una canción "no es nada fácil". "Llené 20 folios hasta que me quedé a gusto con lo que reflejé en el papel", asegura este joven que estudia para ser emprendedor. "Quiero montar mi propia empresa, quiero se mi propio jefe", apostilla.

El videoclip comienza con una llamada telefónica entre dos amigos. En ella, Javier del Estal expresa con crudeza como se siente: "Hay un momento que de tanta presión se empieza a nublar la vista y te empiezan a temblar las manos. No notas lo que hay a tu alrededor, solo te notas tú y empiezas a sentir un odio, una rabia por dentro y una tristeza...". "Puede que la letra sea un poco agresiva", afirma este joven estudiante, pero es "la única manera de que llegue a la gente".

En su canción exprime todos sus sentimientos: no lamenta errores pasados, critica la banalidad de la música actual y confiesa que solo escribe canciones para "desahogarme". Javier del Estal lanza un mensaje de esperanza, "hay que seguir adelante", pero también critica el egoísmo de unos individuos "quejicas" aunque tienen "dinero, techo, familia, calor y pan".

Su rap es también un mensaje contra las drogas y la "esclavitud" de los jóvenes a redes como Instagram. "Nos creemos diferentes, pero somos una oveja más", replica Javier del Estal, que con solo 16 años tiene muy claro que "hay que ser dueño de un mismo".

Quiere romper esteriotipos. "Ser de la calle no es dar hostias, drogarse y fumarse. Es levantarse a las 5 de la mañana para salir a trabajar". Pero también anima a los jóvenes a "no renunciar a sus valores". "El coronavirus está dejando una sociedad cada vez más individualista y veo a la juventud triste, con un futuro poco prometedor", reflexiona del Estal, que en su canción no escatima esfuerzos por lanzar un mensaje de optimismo: "Caer para levantarse más fuerte".

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Del rapero Pablo Hásel, en prisión por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona, critica que utilice la libertad de expresión para alentar actitudes violentas, aunque no está de acuerdo en la pena de cárcel. Eso sí, recuerda que el cantante está entre barrotes por "una acumulación de delitos, no solo por una canción". "La libertad de expresión termina donde empieza la de los demás", manifiesta.

Su futuro musical lo tiene claro: "Solo cuando vuelva a sentir la necesidad de componer lo haré". Su esfuerzo lo pondrá en montar su propia empresa y en seguir siendo él mismo. "No necesito la admiración de otros", dice tajante este adolescente, que ahora solo espera que la pandemia remita para viajar hasta Granja de Moreruela y reencontrarse con los amigos. "Cuando eres adolescente, los amigos lo son todo y el coronavirus no has quitado eso", concluye tajante, aunque no es el "Fin" de nada y el comienzo de una nueva etapa. 

Javier del Estal: el adolescente de Granja de Moreruela que toca el violín y suena en...