La crisis derivada de la pandemia ha traído consigo el cierre de innumerables negocios, algo que se puede apreciar de forma muy evidente en las principales arterias de la capital zamorana, plagada de carteles que ofertan la venta o alquiler de locales que se han visto abocados al cese, tras un año para el olvido.
Ante esta nueva situación -un contexto que hace un año difícilmente podríamos haber imaginado- surgen nuevas fórmulas de negocios que ven en el coronavirus una manera de salir adelante, y que por consecuencia, colaboran al tan necesitado resurgir del corazón de Zamora, ahogado entre candados y anuncios de "cese de actividad".
Es el ejemplo, del establecimiento situado en plena calle San Torcuato a la altura del número 10, que tras varios cambios de negocio, volverá abrir sus puertas, ahora centrado en la venta de todo tipo de productos de la nueva era pandémica. No es el único: un simple paseo por las calles de la capital nos deja la imagen de otro establecimiento, esta vez situado en la calle Ramos Carrión, 4, y que ya se encuentra abierto al público. A su vez, varios negocios, han ampliado su catálogo de productos para hacer un hueco a las nuevas necesidades derivadas de la pandemia.
Y es que, ante la perspectiva de un virus que ha llegado para quedarse, la venta de mascarillas, geles hidro alcohólicos y demás productos destinados a la prevención del contagio, han prosperado. En este contexto, los autónomos se lanzan a un mercado más personalizado, que ofrece una serie de productos -como mascarillas de tela únicas- que no se encuentran tan fácilmente en las grandes superficies y supermercados.
Estos pequeños negocios marcan una nueva era y suponen un claro alivio a una ciudad tan necesitada de emprendedores en un contexto en el que las restricciones han asfixiado a establecimientos emblemáticos dejando a Zamora cada día un poco más huérfana.
