Pobres bancos, los de sentarse, al menos a uno de los de Tres Cruces en este caso.
De nuevo y no hay fin de semana sin ellos, otro acto vandálico de los que destrozan el mobiliario urbano y que sin razón alguna explicable vuelven a costarnos la reparación y el trabajo de los operarios muncipales.
La pasada madrugada algún forzudo hizo de su capa un sayo y de su fuerza una nueva gamberrada. Uno de los bancos de Tres Cruces aparecía de esta guísa tras la proeza de alguien a quien le debía molestar que las personas mayores descansen en sus paseos por ejemplo. Toda la razón en que el banco es frío por la noche y quiza nada estético al modo de ver de alguno, pero, ¿ qué culpa tiene un banco de granito de ser el motivo de la sin razón y de la falta de sentido común?