martes. 23.04.2024

El cordero lechal en Castilla y León es esencialmente un plato de restaurantes y el cierre de estos establecimientos en acatamiento de las medidas de seguridad decretadas por el Gobierno para el control de la expansión del coronavirus está generando que "los corderos se hacinen en las explotaciones ovinasgenerando un colapso que preocupa seriamente a los ganaderos" señalan desde Coag.

El sindicato agrario ha constatado la existencia del referido problema en granjas de Zamora (principal provincia productora de ovino de toda la región) y en Palencia, pero sus datos testifican que este hecho está sucediendo en toda la comunidad. Piden por ello desde Coag que se arbitren las medidas necesarias para ayudar a los productores que sumarían esta crisis a la que les ocasiona la sanitaria que vive España. Se da además la circunstancia de que en unas semanas llega la paridera de primavera, la época del año con mayor producción.

Además, en Castilla y León, primera comunidad productora nacional, la producción de cordero ya cayó más de un 6 por ciento el año pasado y un 12 por ciento el número de sacrificios. En toda España el consumo de carne de ovino se desplomó un 40 por ciento en la última década.

Los compradores han dejado de adquirir estos animales a los ganaderos que tienen que mantenerlos en sus granjas con los pertinentes gastos de alimentación que ello significa y que supone un enorme coste añadido. "Recordemos que el lechazo se alimenta solamente de leche de la madre y que antes de comenzar su ciclo de alimentación variada es retirado de las granjas para el sacrificio y la posterior distribución a los establecimientos para su consumo, principalmente restaurantes y, en menor medida, las carnicerías" explican desde Coag.

Los ganaderos apuntan dos medidas para afrontar el problema pero ambas son tremendamente onerosas, por lo que requieren del apoyo de las adminitraciones para llevarlas a efecto. Una sería el almacenamiento, congelando la canal hasta que el tiempo escampe, pero tanto el inmovilizado como la pérdida de valor, dado que el producto no podría ser vendido como fresco, supondría un gran trastorno económico. Otra de las soluciones sería el engorde para la exportación a los países árabes, grandes interesados en obtener estos productos pero ello también ocasionaría los pertinentes gastos añadidos.

Coag reclama ayudas para los ganaderos de ovino de la provincia