sábado. 20.04.2024

Tábara ha iniciado el culto presencial hoy a las 20.00 horas. Junto a este pueblo zamorano, muchos otros que en los próximos días y especialmente el fin de semana, volverán a abrir sus iglesias. Eso sí, lo harán con un aforo limitado, con mascarillas, con gel hidroalcóholico y con la figura del ostiario que se había perdido en la mayoría de los templos.

Carlos Hernández es el párroco de Tábara y otros pueblos que comparte, dentro de la vicaría, con otro sacerdote y celebra el inicio de una nueva fase no sólo porque eso implica que, en este caso Tábara, ha superado lo peor del coronavirus, sino porque así la comunidad cristiana puede volver a unirse para celeberar.

Y es que Carlos Hernández pertenece a esa parte de Zamora que ha avanzado a la fase 1, la parte en la que el culto presencial es posible, que no obligatorio ya que, en este caso, también se avanza a dos velocidades: las que marcan la Diócesis de Astorga y la Diócesis de Zamora.

Zamora ha decidido que los territorios que han pasado a la fase 1 se mantengan sin culto presencial: Alba, Aliste, Corrales y Villalpando. Los motivos fundamentales se encuentran fácilmente en Alba y Aliste donde la población, extremadamente envejecida, es población de riesgo lo que ha llevado al administrador diocesano a tomar esta decisión después de consultar con sacerdotes y órganos consultivos.

Sin embargo, Astorga ha tomado la decisión de comenzar el culto al ser un territorio muy amplio que abarca dos autonomías y tres provincias, algo que haría complicado tener que esperar para tener todos sus territorios en la misma fase. No todos los territorios de la Diócesis de Astorga pasan a la fase 1 y por lo tanto no todos inician el culto e, incluso, hay párrocos que tienen parroquias en la fase 1 y otras en la 0 que, de momento, esperarán.

Tábara, que es una de las zonas donde se ha iniciado el culto, lo hará con un aforo muy reducido y en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción sólo se podrá sentar una persona por banco en la zona de abajo y dos por banco en la zona del coro lo que reduce el aforo a algo más de 50 personas. Otra de las novedades para esta fase 1 será la figura del ostiario, perdida en la mayoría de los templos y que será el encargado de comprobar que en la entrada todo el mundo se higieniza, que acude con mascarilla y de indicarles el lugar donde deben sentarse.

La comunión se dará preferiblemente en mano, después de que todos se hayan vuelto a limpiar con gel hidroalcóholico, uncluído el sacerdote, aunque también podrá darse en la boca y será el único momento en el que los fieles puedan quitarse la mascarilla.

El culto vuelve a Tábara con aforo reducido y ostiario