En el momento en el que se abrió el sepulcro de Palomino, años atrás, apareció la momia del propio Palomino junto a más restos. La decisión que se tomó fue meter los restos en bolsas de plástico y subirlos al coro de la iglesia del Santo Sepulcro.
En tareas de limpieza y ordenando el coro del Santo Sepulcro han sacado las bolsas con los restos. Al parecer poco acertado que siguieran de esa forma conservados, se les sacó del lugar a la espera de darles sepultura. Por el momento se encuentran en la cripta de la iglesia del Santo Sepulcro.
Perteneciente a los siglos XV-XVII y de carácter románico-mudéjar, el Santo Sepulcro de Toro mantiene la torre, las facahadas occidental y septentrional, la cabecera con los tres ábsides, las bóvedas y uno de los arcos formeros. Experimentó una renovación en los siglos XVI y XVII. Durante la Edad Media sirvió de sede del vicario general de la Orden de Caballeros del Santo Sepulcro de los reinos de Castilla, León, Galicia, Navarra y Portugal.
Con estas imágenes de los restos nuevamente encontrados, nos trasladamos al año 1530, poco antes de la creación de la austera imagen de par y nudillo de la nave central y el alfarje de casetones del coro, a cargo del carpintero toresano Lorenzo Gago y Pedro Navarro.