viernes. 29.03.2024

La Hermandad de las Siete Palabras realiza su itinerario desde La Horta hasta la Plaza de Viriato, donde ha tenido lugar el rezo de las Siete Palabras con los nuevos estandartes.

Siete golpes secos de tambor y después el cataclismo. A las doce de la noche las puertas de Santa María de La Horta se abrían y del interior de la iglesia, repleta de hermanos, salía el Cristo de la Expiación, que contemplaba desde la Cruz el paso de todos los penitentes que le acompañan en la noche del Martes Santo.

Flores blancas a los pies del Crucificado de los Barrios Bajos, que aguardaba junto a la puerta la salida de la procesión penitencial. El silencio de la noche era roto por el toque seco de los bombos de la hermandad, que confieren una personalidad propia a la procesión, al igual que el sonido de los pesados hacheros contra el suelo. Hombres y mujeres con túnica blanca y caperuz verde de pana precedían en fondos de tres el paso del Cristo que recibe culto en La Horta, una bella talla anónima del XVII.

La hermandad estrenaba esta noche los nuevos estandartes, iguales en tamaño a los anteriores, bordados en hilo blanco con letra gótica. Estandartes nuevos para una procesión que el año pasado cumplía medio siglo y que erigieron en su día los jóvenes estudiantes del 68, los que revolucionaron la sociedad de entonces y dejaron su sello en una de las hermandades con ese espíritu renovador e integrador que la ha marcado desde sus inicios.

Siete estandartes penitenciales, siete palabras, acompañados cada uno por un Crucificado de los siete que ha adquirido con el paso del tiempo la hermandad, custodiados cada uno por dos de los mayordomos del año en curso, que portaban los faroles de su mayordomía y el sello de la veteranía en la hermandad.

Una hora antes en la iglesia de La Horta daba comienzo la misa de hermandad, una misa que los cofrades asumen como parte imprescindible de la procesion y que permite contemplar al Crucificado antes de salir a las calles del barrio, calles con nombres de oficios y sabor medieval. La procesión ha discurrido por el barrio para ascender después por Pizarro hasta la Plaza de Viriato donde ha tenido lugar el rezo de las Siete Palabras, encomendado este año al hermano Luis Pablos Flórez.

Siete golpes secos de tambor y después el cataclismo. Pasadas las dos de la madrugada la procesión regresaba a su templo en silencio y sin apenas espectadores. Todo estaba ya cumplido.

Galería de imágenes y vídeos (Rafael Lorenzo, Marcos Vicente, control realización y producción: Fco Colmenero) 

Palabras de siglos en estandartes recién bordados