viernes. 19.04.2024

Miles de niños acompañan el paso de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén por las calles más céntricas de la ciudad.

La Real Cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén ha recorrido las calles de Zamora poblando las de la alegría y la ilusión de los niños que salen por primera vez en procesión. Las esquinas del barandales y la banda de cornetas y tambores ciudad de Zamora anunciaba el paso del cortejo por las calles hoy repletas de gente dispuestas a celebrar el inicio de la Semana Santa.

La tarde ha sido bochornosa y el cielo amenazaba tormenta pero nada ha podido con las sonrisas de los miles de niños que han acompañado el paso de la Borriquita por las calles más céntricas de la capital, que ya presentan el típico ambiente semanasantero, con reposteros y colgaduras en los balcones y con los típicos puestos de venta de almendras garrapiñadas y otros dulces típicos de la Semana Santa.

La bendición de palmas en la misma puerta del Museo de Semana Santa daba inicio a la procesión pasadas las cinco y media de la tarde. Una procesión que es para muchos la primera escuela para los pequeños semanasanteros que lucían emocionados sus ramas de olivo y sus palmas doradas, acompañados por sus padres y abuelos, en familia, como siempre se hizo en el día que marcaba históricamente el inicio oficial de la Semana Santa. Una procesión que quedará impresa en sus recuerdos para siempre, así como en las miles de fotos que desde los dispositivos móviles hacían los padres a sus niños, la mayoría con ropa de estreno, como manda la tradición.

La Banda de Música de Zamora, dirigida por Manuel Alejandro Pérez, ha puesto el toque solemne y triunfal con numerosas marchas que han acompañado el discurrir del paso por las calles en lo que es la bienvenida oficial a Jesús, ya dispuesto para una nueva Pasión en la ciudad.

Como en años anteriores, ha sido visible el incremento de niños vestidos de hebreos respondiendo al llamamiento que en los últimos años hace la cofradía para que los pequeños se integren con el hábito, sean o no cofrades.

Por por las capas de raso de color fucsia de los cofrades y el dorado de Las Palmas, así cómo por los ropajes de primavera de los niños, el paso de la procesión ha convertido las calles en un espectáculo colorista y lleno de vida, esa vida que necesita la ciudad todos los días del año.

La alegría de este domingo contrasta con las jornadas de silencio y penitencia que han de venir durante esta semana hasta la gozosa resurrección.

Como recuerdo de esta tarde, muchos colgarán su palma en los balcones durante todo el año. Y otros muchos regresarán a la Semana Santa de su infancia ahora que se la transmiten a sus hijos.

Galería de imágenes y vídeos  ( Marcos Vicente, Óscar Antón, Aroa Colmenero, y Pablo Clemente)

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