jueves. 25.04.2024

La tarde del Viernes Santo es la del entierro de Cristo. La del terciopelo negro y el cortejo oficial y solemne que recorre las principales calles de Zamora en su camino hacia la Catedral, completando la iconografía de la Pasión que escenifican las cofradías históricas de la ciudad.

Cristo muere en la Cruz, es descendido a la tierra y Zamora es testigo de su muerte cuando pasa la Urna mecida lentamente por sus cargadores. Todo está cumplido.

ITINERARIO: En la plaza de Santa María la Nueva a las 16:00 horas se realizará el acto público del Sermón del Descendimiento, todo espectador que quiera asistir al acto deberá acceder a la plaza de Santa María la Nueva por la calle Hospital o por la calle de Carniceros, ya que el resto de calles (Thalberg, Madre Bonifacia Rodríguez de Castro, Barandales y corral Pintado) estarán cortadas por motivos de organización del desfile procesional.

Salida del Museo de Semana Santa a las 16:30 horas para continuar por plaza de Santa María la Nueva, calle del Corral Pintado, calle Reina, plaza de Juan Nicasio Gallego, plaza Mayor(por el lado del Ayuntamiento), calle Mariano Benlliure, plaza del Fresco, calle de San Vicente, calle del Riego, calle de San Torcuato, calle Santiago, plaza de Santiago, calle de Santa Clara, plaza Sagasta, calle Renova, plaza Mayor(por el lado del Cuartel de la Policía Municipal de Zamora, Ayuntamiento viejo), calle de Ramos Carrión, plaza de Viriato (por el lado del parador), Rúa de los Francos, Rúa de los Notarios, plaza de los Ciento, Rúa de los Notarios, plaza de la Catedral donde hará un descanso de veinte minutos. Siendo el retorno por plaza de la Catedral,Rúa de los Notarios, plaza de los Ciento, Rúa de los Notarios, Rúa de los Francos, plaza de Viriato (por el lado del parador), calle de Ramos Carrión, plaza Mayor (por el centro), Plaza Juan Nicasio Gallego, calle Reina, calle del Corral Pintado, plaza de Santa María la Nueva y entrada en el Museo de Semana Santa.

 

Acto inicial y salida de la Procesión

Historia

La Real Cofradía del Santo Entierro se funda en 1593 con carácter gremial, de sederos y tejedores, desfilando al año siguiente. Se erige canónicamente en la iglesia de San Esteban, donde tenía lugar el Sermón del Descendimiento con un Cristo articulado que tras ser introducido en la urna ponía en marcha la procesión, rito recuperado en 2011. Una fuerte crisis produjo la desaparición de la cofradía en el siglo XVIII, aunque la procesión continuaba saliendo organizada por los fieles de San Esteban. En 1771 se recupera la cofradía y por Real Orden del 9 de septiembre de 1925, el rey Alfonso XIII le concede el título de Real.

La Lanzada, de Ramón ÁlvarezAutoridades civiles, militares y religiosas presiden el duelo oficial mientras pasa Cristo Muerto por las calles. Visten los cofrades (cerca de 3.000, hombres y mujeres) luto elegante, conformado túnica y caperuz de terciopelo negro, con cíngulo negro, y portan además vara de madera rematada en una cruz con sudario.
Como elementos procesionales, en los últimos años la cofradía ha incorporado un Vía Crucis del escultor zamorano Ricardo Flecha. Destaca asimismo el hermanamiento de la cofradía con la Infantería de Marina, con la presencia anual de los almirantes en Zamora y con el acompañamiento musical de su banda, una de las más prestigiosas del país, que ya constituye un signo de identidad del desfile procesional.

Doce grupos escultóricos conforman la procesión, casi todos ellos –con excepción de dos- portados a hombros de sus cargadores, que completan la iconografía de la Pasión por las calles de la ciudad.

Pasos

Un momento del desfile procesional del Viernes SantoLa Magdalena, de Ángel Marcé (1892), que representa a María Magdalena con sus largos cabellos portando los ungüentos para ungir a Cristo. La imagen de esta santa está vinculada a la cofradía desde 1619.

La Conversión del Centurión, de Fernando Mayoral Dorado (2001), paso que salió a concurso y que integra cinco figuras y representa la conversión del centurión que vigilaba a los reos en el Monte Calvario.

La Lanzada, de Ramón Álvarez (1868), también conocido como "El caballo de Longinos" por el caballo encabritado que incluye el grupo, una de las composiciones más conocidas y admiradas del imaginero zamorano que recoge la escena en que el soldado atraviesa el costado de Cristo ante el dolor de María y de quienes presencian el momento.

Cristo de las Injurias. Titular de la Cofradía del Silencio, que se funda en 1925 para dignificar el traslado de la imagen desde la Catedral hasta la iglesia de San Esteban. Se incorpora a la Real Cofradía del Santo Entierro en 1902. De autor anónimo -existen varias tesis sobre su autoría- y del S.XVI está considerado una de las mejores tallas del Renacimiento español. Recibe culto en la capilla de San Bernardo de la Catedral.

El Descendimiento, de Ramón Álvarez (1857-1859), escena en la que Cristo es descendido de la Cruz con la ayuda de José de Arimatea mientras la Madre extiende sus brazos hacia el cadáver del Hijo.

San Juan y Nuestra Señora, del escultor zamorano Ricardo Flecha (2004), concebido como una escena del Entierro de Cristo, quedando finalmente en un conjunto en la que la Virgen recibe el consuelo del Discípulo amado con la Cruz vacía a sus espaldas. Tradicionalmente esta escena cerraba la procesión desde su fundación, desapareciendo la imagen de San Juan y quedando una Virgen de la Soledad que devino en la Virgen de los Clavos, por los atributos que porta la imagen.

El Descendido, de Mariano Benlliure (1879), primera obra del imaginero que la realizó con sólo quince años en su taller de Madrid, donde tuvo que tirar un tabique para poder sacar el grupo, lo que le valió el desalojo de la vivienda. Recoge el momento en que Cristo reposa en el regazo de su Madre, que entrelaza sus dedos entre sus cabellos. Sustituyó a un grupo anterior cuyas primeras referencias aparecen en 1700.

La Piedad, de Manuel Ramos Corona (2004), incorporación que en cierta manera repite la escena anterior y que plasma a María recibiendo en sus brazos a Cristo ya muerto y que rompe la iconografía tradicional de la Pasión zamorana.

Conducción al Sepulcro, de Jose María Garros (1901), que recoge la escena en que el cuerpo de Cristo es transportado sobre una sábana hacia el sepulcro. La composición es de gran belleza por las calles mecida sobre los hombros de sus cargadores. El paso está inspirado en la pintura de Antonio Ciseri titulado "Transporto de Cristo" (s.XIX), conservado en Florencia. El grupo se bendijo en 1901, desfilando ese mismo año sobre una mesa tallada por el mismo escultor y completada al año siguiente.

Retorno del Sepulcro de Ramón Núñez (1927), propiedad de la Junta Pro Semana Santa que en su día fue encargado para la cofradía de Nuestra Madre, financiado por el Gobierno Civil con dinero procedente del estraperlo del azúcar. Dejó de desfilar con Nuestra Madre de las en 1949, siendo nuevamente cedido en 1954 para el Santo Entierro. Recibe el sobrenombre de "El camello" por la figura de una de las Marías sobre el Sepulcro.

El Santo Entierro (La Urna). Cristo Muerto de Luís Álvarez Duarte (2002), titular de la cofradía que sustituye a la imagen anterior, de Aurelio de la Iglesia, de 1898. Fue bendecida en la iglesia de San Andrés, aunque recibe culto en la S.I. Catedral, en la capilla de Santa Inés. Desfila sobre una urna tallada en 1892 por Justo Fernández.

Virgen de los Clavos de Ramón Álvarez (1887). Última imagen del imaginero Ramón cuya advocación proviene del antiguo paso 'San Juan y Ntra. Señora'. En 1771 se reforma el paso y comienza a desfilarla Virgen sola, por lo que se le denomina de la Soledad, aunque en el S. XIX recupera su anterior nomenclatura. Destaca la anécdota de que la confección del manto, de la casa francesa C. Boubarg Deville de Lyon, fue anterior a la imagen, que hubo de adaptarse a las medidas del manto. Desfila bajo palio desde 1901, siendo la única imagen de la Pasión zamorana que lo hace.

Dónde verla: Por la solemnidad del cortejo y la vistosidad de sus pasos a hombros, cualquier parte del recorrido es buena, tanto en las calles de la Zamora Modernista como en su recorrido hacia la Catedral de Zamora, donde realiza estación y cofrades y cargadores meriendan con sus familias y amigos para reponer fuerzas.

 

 

 

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