jueves. 18.04.2024

Lo más importante es prevenir las intoxicaciones por lo que es necesario realizar las revisiones periódicas de los aparatos y no taponar las rejillas y respiraderos de ventilación.

Los casos de intoxicación por monóxido de carbono se concentran principalmente en los meses de octubre a marzo, en épocas de frío puesto que es cuando se encienden más aparatos de calefacción.

¿Qué es el monóxido de carbono?

El monóxido de carbono (CO) es un gas tóxico que se caracteriza porque es inodoro, incoloro e insípido por lo que no podemos detectarlo con los sentidos. Cuando se produce una combustión, se produce este gas que puede resultar peligroso en espacios cerrados donde hay déficit de oxígeno y puede producrise una intoxicación por su inhalación.

La causa más frecuente de las intoxicaciones es la mala combustión de calderas, calentadores de agua, braseros o estufas de carbón, leña, gas, etc.; además de los escapes de gas y el humo de un incendio o de chimeneas obstruidas.

Lo más importante es prevenir este problema y para ello:

Hay que asegurarse de que todos los equipos de calefacción estén instalados correctamente y realizar las revisiones periódicas por parte de un profesional cualificado.
Cuando los aparatos estén en funcionamiento verifique que la llama que emiten sea del color adecuado.
Es importante que todos los aparatos se encuentren en lugares correctamente ventilados y nunca taponar las rejillas y respiraderos de las distintas estancias de la casa, algo que se hace con frecuencia por ejemplo los días que hay mucho viento, lo que propicia la falta de oxígeno necesario para una correcta combustión.
No se debe cubrir la parte inferior de los hornos de gas pues se bloquea la circulación de aire y se provoca una combustión incompleta que derivaría en cantidades excesivas de CO.
Es peligroso utilizar equipos portátiles como hornillos, barbacoas, etc. que queman combustible dentro de espacios cerrados.
Se deben revisar las chimeneas y conductos de ventilación antes de comenzar la temporada de frío y después de los episodios de nevadas.
Los aparatos de calefacción que funcionan con electricidad suponen un riesgo en cuanto a que podrían provocar un incendio, por lo que se recomienda no tener cerca cortinas, ropa de cama, alfombras, etc. y no dejarlos enchufados sin supervisión.
No es conveniente dejar el coche con el motor en marcha dentro de un garaje cerrado.
También convendría instalar un detector de este gas en las viviendas.

 

Consejos para evitar las intoxicaciones por monóxido de carbono