Esta madrugada fallecía en Zamora Amparo Pascual, viuda del poeta Ignacio Sardá, madre de sus cuatro hijos y custodia de su memoria hasta el último de sus días. Mujer discreta, culta e intelectualmente inquieta, Amparo Pascual recibía en 2015 el nombramiento de Ignacio Sardá como "Hijo adoptivo de la Ciudad" en el Teatro Principal de Zamora.
Aquel día de diciembre, sobre el escenario, una emocionada Amparo recibía el público reconocimiento de la ciudad al poeta y profesor de Carbajales de Alba a quien anteriormente Zamora ya le había dedicado una estatua en bronce a las puertas de la Biblioteca Pública del Estado. Aquella entrega clausuraba los actos organizados con motivo del Centenario del nacimiento del poeta carbajalino, en los que la familia y la propia Amparo colaboró de forma activa.
La distinción llegaba a manos de la familia doce años después de su concesión y supuso uno de los múltiples reconocimientos a la prolífica obra y al magisterio de Ignacio Sardá de cuya memoria Amparo Pascual ha sido la principal e incansable valedora hasta el último de sus días. Fue el alcalde, Francisco Guarido, quien hizo entrega de la distinción que concediese en 2003 el Ayuntamiento presidido por Antonio Vázquez.
Mujer sencilla, sensible y de trato dulce, buena conversadora y habitual asistente a conferencias, conciertos y todo tipo de actividades culturales organizadas en Zamora, Amparo Pascual mantuvo viva la memoria de Ignacio Sardá y la vinculación con su círculo de amigos y creadores zamoranos.
