El Magistrado del Tribunal Supremo, Sebastián Moralo Gallego tras su exposición sobre la negociación colectiva en el estrado de la sala de reuniones de la Alhóndiga, atendía a los medios y a preguntas de estos sobre el tema de la sentencia en relación con las hipotecas, asumía la mala gestión del tribunal en cuanto a una sentencia que efectivamente lastra la reputación de los jueces españoles y sobre todo del Supremo.
La ley es confusa como aseguraba ayer el presidente del Supremo aseguraba el magistrado y "la situación creada ha sido un problema de la gestión interna que no hemos sabido solucionar internamente".
"Los primeros que queremos leyes claras somos los jueces, y si el gobierno decide aclarar la ley irregular de una forma más precisa fantástico", para el magistrado el gobierno reconoce que la ley está mal redactada y si propone una nueva para los jueces será una ayuda, ya que nosotros lo que hacemos es interpretar las leyes que proponen los legisladores.
El magistrado comentaba que los jueces no están sometidos a presiones de ningún tipo y que simplemnte la interpretación de una ley mal redactada había dado lugar a un problema que efectivamente también había tenido una mala gestión interna dentro de la entidad jurídica del Tribunal Supremo.
