jueves. 25.04.2024

Recuerdos y emociones tras rememorar la tragedia que pervive 60 años después. Como cada 9 de enero, entre las 12 y la 1 de la madrugada un escalofrío recorre los cuerpos de quienes perdieron parte de sus orignes. En el día de hoy se volverá a celebrar en Ribadelago una misa en recuerdo de los fallecidos en aquella fatídica noche de  1959. Si esto hubiera ocurrido hoy la trascendencia de los echos hubiera sido espectacular, en 1959 la negligencia y la censura del régimen hizo que se le llamara "tragedia" a lo que nunca debió ocurrir, hoy 60 años de tragedia a voces después seguimos sin ver claro que el hombre y su codicia son los peores enemigos de si mismo. 

Un niño de un año de edad salvó la vida de su padre ciego, al acceder al tejado de la única casa de la zona que no se derrumbó y permaneció en él hasta que pasó la riada. Esta y cientos de historias se escribieron tras una noche marcada en el calendario de la provincia de Zamora para siempre. Una noche como la de hoy con una depauperada situacción económica y con un pueblo entero que sucumbió entre las aguas del frío Lago de Sanabria.

Era la una de la madrugada del 9 de enero de 1959 cuando la presa de Vega de Tera, que estaba llena al máximo de su capacidad por primera vez, se quebró y provocó que los ocho millones de metros cúbicos de agua de su cazo descendieran por el cañón del río Tera y arrasaran la localidad de Ribadelago.

144 fallecidos de los que solo aparecieron 28 cadáveres fue el resultado de una noche fatídica, una tragedia en la que catorce familias perecieron al completo y que no pudieron recibir ni sepultura. El fondo del Lago de Sanabria es el cementerio de los 116 desaparecidos a cuenta de la riada una riada que sigue siendo recordada año tras año y que no tiene cura ni por dentro ni por fuera. Cientos de localidades se volcaron haciendo colectas para aquella miserable situación un régimen que tapó la tragedia en un primer momento y en el que los dos únicos responsables juzgados fueron condenados a un año de prisión y finalmente indultados mientras que los familiares de algunas víctimas tardaron dos décadas en cobrar las indemnizaciones.

La catástrofe de Vega de Tera fue no sólo un punto negro en la España de los pantanos de Franco sino que además el Estado del Generalísimo había dado "todas las bendiciones" a la construcción de la presa y el propio dictador la había inaugurado en 1956, tres años después la presa reventaba y las 144 víctimas sus familiares y España entera recuerda esta fecha.  Hoy como todos los años y son ya sesenta pedimos una oración y nuestro recuerdo en esta noche del 9 de enero de 1959, una noche que nunca debió tener este cruel resultado y que por mucho que se intente tapar la mezquindad y lo peor del ser humano aflora al relacionar siempre con el dinero lo que debe primar por encima de todo la seguridad y el bien común. Descansen en paz antepasados, en su memoria nuestro respeto y la oración en el Lago que desde hace 60 años son vuestras tumbas.

In Memorian 60 años después, y en recuerdo de la muerte de 144 vecinos de Ribadelago