En sus tiempos, la parte del bosque de Valorio más cercana al acceso principal desde la ciudad fue un cementerio judío documentado en los siglos XVIII y XIX aunque olvidado con el paso de los siglos y ahora desempolvado de la memoria colectiva gracais al congreso internacional sefardí que se celebra en la ciudad.
El director de la reunión científica sobre la herencia compartida con los judíos, Jesús Jambrina, y la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, fueron los encargados esta mañana de descubrir un monolito que recuerda la antigua necrópolis.
Junto a ellos, el historiador y presidente del Consejo de Comunidades Sefardíes de Jerusalem, Abrahan Haim, se comprometió a ser junto al resto de congresistas que se dan cita en el encuentro "embajadores de Zamora" y dar a conocer su pasado judío a la comunidad mundial.
Además de la necrópolis, la nueva señalización de la ruta de la judería de Zamora incluirá la plaza del Zumacal en el barrio de La Horta, la de San Sebastián y la ronda de Santa Ana en La Lana y la cuesta de San Cipriano en el casco antiguo. Además de en estas zonas, los asentamientos judíos también se extendieron al barrio de San Lázaro, en el entorno de las peñas de Santa Susada, según declaró hoy a los periodistas Jesús Jambrina, que expresó su deseo de que ese pasado sirva para revitalizar los barrios en los que se asentaron los judíos.
Resaltó asimismo la importancia de la ciudad como enclave sefardí, ya que en la ciudad se ubicó una academia rabínica en el siglo XIV a la que acudieron "los mayroes sabios rabinos" de la época que hbaían ejercido en enclaves como Toledo, Lisboa o Salamanca. Dos siglos más tarde un judío zamorano llegó a ser rabino en Jerusalem.
Por su parte, la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, destacó que la judería alta y baja de la ciudad demuestra ese orgien de Zamora, donde que "probablemente", según los estudios históricos, existieron dos sinagogas y una escuela judía. Valdeón resaltó los cuatro siglos de convivencia entre judíos y cristianos y la "injusta" expulsión de 1492.
