La desvergüenza nacional no para de subir grados. En el Banco de España había un alto y superbién pagado funcionario encargado de una sola cosa: vigilar a los bancos, procurar que se atuvieran a la ley. Debió de hacer su trabajo de miedo. Buena parte de la banca se hundió y ya de paso dejó arruinados a miles de inocentes ahorradores con sus prácticas “para-delictivas” (véase el caso Preferentes y similares).
40.000 mil millones de euros es la cifra oficial de lo que nos ha costado reflotar la nefasta banca hundida. Bueno, pues el colega de la vega que debería de haber impedido todo eso, porque solo para eso cobraba su altísimo salario en el Banco de España, no solo no ha sido sancionado sino que va a verse recompensado… ¡por la patronal de Banca! Como lo oyen, con dos y sin que se le mueva un músculo. Es como si el perro guardián de las ovejas fuese premiado por los lobos.
José María Roldán, director general de Regulación del Banco de España hasta hace unos días, va a ser nombrado presidente de la Asociación Española de Banca, en siglas, AEB; la patronal de los bancos privados. Y ahora piensen conmigo. Si este hombre hubiese cumplido mínimamente con su deber de alto funcionario, ¿lo amarían los bancos o más bien lo detestarían? Lo aman. Y con eso está dicho todo.
Me voy a vomitar un poco.
P.D.: A la postre, parece que el desafuero se quedó en amago. El Gobierno también se escandalizó con eso de que el “vigilante” de los bancos se transformara, de la noche a la mañana, en su defensor máximo. Y ha parado los pies al interfecto y a los propios bancos, que se negaban a anular su decisión. Los lobos tendrán que buscar otro representante. Y a las ovejas a ver si las protegen mastines más fiables.