viernes. 29.03.2024

Solución a tres bandas

"Quizá las cosas desde fuera parezcan más fáciles de lo que en realidad son, pero creo que ha fallado buscar una solución a tres bandas -Ayuntamiento, libreros y Obispado- para no perjudicar a nadie".

A veces es difícil expresar una opinión sin meterte en un berenjenal, pero después de darle muchas vueltas al tema y dando por buena, que no la pongo en duda, la disposición y buena voluntad del Ayuntamiento de Zamora, me parece poco menos que surrealista que la procesión del Corpus no salga el domingo porque la Plaza Mayor está ocupada con las casetas de la Feria del Libro. Y me explico.

No entiendo, de entrada, cómo el Ayuntamiento no tiene señaladas en el calendario fechas en las que se conoce con suficiente antelación la ocupación de la Plaza Mayor o de la vía pública, máxime cuando se trata de una celebración que aglutina a miles de personas, guste o no. Casi es mejor no dar ideas, pero no me digan que si el Jueves o el Viernes Santo de 2018 piden la Plaza Mayor, para un mercadillo filatélico el Ayuntamiento no sabe ya en qué fechas será la Semana Santa del año que viene.

Sin cuestionar la buena voluntad de la institución municipal, repito, sí me parece un fallo interno, un patinazo tremendo de organización y agenda. Y no busquen en esta columna politiqueo ni razones ocultas o espurias para atacar al Ayuntamiento de Zamora, que no las hay ni las tengo.

En segundo lugar, está el tema de la Feria del Libro. Los libreros (y cualquier colectivo) están en su legítimo derecho de pedir la Plaza Mayor pensando en un incremento de visibilidad y de ventas, que bastante calvario soportan ya todo el año en una ciudad que se desangra sin remisión y que pelean como jabatos por sus negocios día a día. Pero mientras la fecha del Corpus es la que es (ya desplazada de aquel Jueves festivo que relumbraba más que el sol) una feria, en cambio, sí se puede mover de fecha y de emplazamiento con la suficiente antelación, retrasando o adelantando una semana o unos días.

Entiendo que no sea fácil, que la organización tendrá fechas cerradas con escritores y novelistas desde hace mucho tiempo. Sé lo que cuesta cerrar y coordinar ese tipo de actos. Pero no creo, sinceramente, que el eje entre Santa Clara, Plaza de la Constitución y Sagasta sea menos céntrico que la Plaza Mayor ni creo que Viriato no fuese un buen emplazamiento. Sus razones tendrán los libreros para este cambio; las respeto, conozco su lucha, pero nada es inamovible.

Tampoco comparto, ni de lejos, ese "tomamos nota" emitido desde el Obispado en una situación que creo no debería haber llegado donde ha llegado ni entiendo que no se pueda realizar por las calles del Casco Antiguo un recorrido alternativo que concluya en la Plaza de la Catedral y que permita a la comunidad católica celebrar una de sus fiestas más importantes con todo su esplendor.

La comunidad católica tiene todo el derecho del mundo a celebrar sus fiestas tradicionales, al igual que cualquier otra. No más, pero no menos. En esta sociedad cada vez más radicalizada donde mezclamos churras con merinas ya da hasta miedo decir que eres católico porque automáticamente te llaman facha, inquisidor, pederasta y otras lindezas que dicen muy poquito de quienes no son capaces de respetar esa libertad de credo que pregonan a voz en grito para los demás.

Quizá las cosas vistas desde fuera parezcan más fáciles de lo que realmente son, pero en este caso creo que ha fallado la previsión tanto de quien no solicitase con tiempo el permiso, sea la cofradía o sea el Obispado, como del propio Ayuntamiento, que debería prever a día 1 de enero las celebraciones tradicionales que se llevan a la calle, sean religiosas o civiles, sea el Corpus, el Entierro de la Sardina o la noche del 5 de enero, máxime cuando son fechas que se mueven en el calendario y que tienen una repercusión pública fuerte.

Y ha fallado también, o al menos ese es el resultado, la buena voluntad de buscar una solución a tres bandas sin perjudicar a nadie y sin menoscabo de nadie. No; no hacía falta llegar a esto.

 

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