jueves. 18.04.2024

No compartáis

Resulta paradójico que mientras para la Policía es una prioridad mantener el anonimato, salvaguardar la identidad de la joven víctima de una agresión sexual en Zamora, los listos y listas mesetarios que habitan en esta tierra se den prisa en difundir su foto a través de whatsapp por puro morbo, por pura exhibición. Un morbo que da asco, que es una agresión contra la intimidad y el silencio que la víctima necesita.

Sí, dáis asco. Dáis asco porque no tenéis fin. Dáis asco porque hay una víctima, una mujer de 23 años que ha tenido el valor de denunciar, el coraje de colaborar con la Policía para esclarecer los hechos, ese trauma, esa agresión sexual, y mientras la Policía investiga y ata cabos y el autor confeso de los hechos ya ha sido detenido, vosotros buceáis en las redes a la caza a ver quién da con ella en una ciudad tan pequeña y donde todos nos conocemos.

Dáis asco porque vosotros, hombres y mujeres, jóvenes y jóvenas; vosotros, los que estáis pasando desde vuestros móviles la fotografía y la cuenta de Twitter de esta joven, la estáis violando otra vez, una y otra vez, cada vez que esa foto llega a diferentes destinos. Vosotros estáis manoseando su cuerpo, hurgando en su intimidad, poniéndole una cruz: "es esta". Dáis asco.

Yo no sé si vosotros tendréis hijas, o hermanas, o novia, o amigas. Yo sí las tengo, vivo rodeada de jóvenes y adolescentes: mis sobrinas, mis ahijadas, las hijas de mis amigas, alumnas que he tenido en prácticas, jóvenes que despiertan a la vida. Sus caras son la cara de ella. Sus vidas son la vida de ella. Mi propia cara, mi propia vida, la de cualquier mujer que ve cómo su cuerpo es profanado y después tiene que enfrentarse a una sociedad que en vez de arroparla en su anonimato se dedica a difundir su imagen no sé todavía con qué fin más que el morbo, el mercadeo del cotilla.

Quiero pensar que sois una minoría, que la mayoría de gente de bien no ha seguido vuestras pistas, vuestra asquerosa cadena digital, vuestra agresión a la intimidad de esta joven víctima, vuestro morbo asqueroso, vuestro querer saber más que nadie, vuestra falta de responsabilidad y sensibilidad ante un caso como el que nos ocupa.

Yo no difundo la cara, la vida de una víctima. Yo no comparto. Yo no añado un ápice de dolor o de vergüenza al terrible hecho que ha vivido.

Yo la abrazo, sea quien sea. La abrazo con toda mi alma y alzo la voz y apuesto la vida para que no haya más víctimas. Yo le pongo el rostro de todas y cada una de nosotras, mujeres, libres, sagradas.

Protegedla. No compartáis.

No compartáis
Comentarios