Se va a Toledo, a recuperarse, a intentar superarse a si mismo, la lucha más complicada, a no tener que depender de nadie. Aunque no es uno de esos deportistas ilusionante de nuestras canchas, su historia también es la del trabajo, la de la mejora constante y la de la superación.
Cualquiera que haya ido asiduamente a un partido en el Ángel Nieto conoce a Antonio, allí, con su silla de ruedas, con una sonrisa sincera, con su apoyo incondicional para todos los equipos de la provincia, yendo a todos los acontecimientos que puede.
Empezó yendo al fútbol sala, después al Zamarat y a partir de ahí a todos los deportes que se jueguen en el Ángel Nieto: CD Samura, cantera del CD Zamarat, Vírgen de la Concha, CB Zamora... y especialmente al Orto Tres Cruces, con los que entrena, con los que sueña poder jugar algún día.
Antonio no sólo se acerca en los partidos a animar a los jugadores, a apoyarles; no hay entrenamiento que se pierda, allí estaba ayer en el del fútbol sala y en el del Zamarat, aprovechando los últimos momentos, despidiéndose de esos amigos que ha hecho a lo largo de los años porque ya es uno más en el pabellón.
Aquí todos, especialmente Felipe, Óscar, Javi y José Luis; le esperaremos dentro de dos o tres meses, o los que aguante luchando allí, para mejorar, para superarse, para ser un deportista más, para poder ganar partidos con su Orto Tres Cruces y sobre todo, para seguir ganando partidos en la vida. Mucha suerte, Antonio.