viernes. 29.03.2024

Nos volverán a confinar por anormales

Cada día que pasa lo tengo más claro, el ser humano o el hombre es el único animal que se tropieza varias veces en la misma piedra y no escarmienta aunque el tropezón se llame muerte. En la foto pueden ver como mi madre agoniza y mi hermana enfermera de profesión nada puede hacer por su vida. Mi madre duró 5 días en un hospital.

Hace no tanto estábamos en casa aplaudiendo a los sanitarios que intentaban contener la idiotez de muchos por no ser capaces de mantenerse en sus hogares, y claro otros miles tuvieron que ser multados porque parecía ser lo único que paraba el salir de casa cuando les venía en gana.
Pues no, seguimos siendo idiotas profundos, jugamos con la vida con lo importante que es vivirla parece que es cosa de otros y de aquello "a mi no me pueden ni los bichos".
A más de un imbécil le daba yo la semana que pasé en el hospital, y su posterior cuarentena con la ingesta de 14 pastillas diarias que destrozan a un elefante en vez de una multa que al fin y al cabo lo que se arregla con dinero no es problema.

Antes no me atrevía a decirlo pero claramente me temo que pocas imágenes de morgues, de personas destrozadas en UCIS o de familiares muertos sin entierro con seres cercanos hemos sufrido, el hombre es definitivamente un inconsciente. En la foto de portada veo a diario el sufrimiento no de mi madre en este caso o de mi hermana que pudo al menos acompañarla en su final.

58 nada menos que 58 brotes, con casi 200 casos más de PCRS positivas ¿son para celebrar? qué... que efectivamente solos anormales profundos.
Después de tres meses obtengo el alta de mi médico de cabecera, ellos no saben cuáles son ni serán las secuelas de haber pasado esto y de haber ingerido los cócteles divinos de medicamentos innombrables, pero nada, seguimos dándole vueltas y la burra al trigo, ni mascarillas, fiestas a lo loco, pasando de la distancia social y eso si lo mejor es ir de fieras por la vida, asi nos va.
Volverán a confinarnos, volveremos a los agobios a las compras de papel higiénico, a saltarnos las normas y escapar a los pueblos para que lo sufran los abuelos y despoblaremos la faz de la tierra. Todo ello porque somos así de idiotas, la vida nos importa una mierda o al  menos a algunos que no se dan cuenta que de un solo portador se puede contagiar una cincuentena de personas en solo unas horas.
La economía nos la hemos cargado por la falta de previsión de los políticos, ahora nuestra falta es la del sentido común, y sobre todo del sentido de la responsabilidad y de ver donde cuidar del semejante.
Perdí a mi madre por COVID-19, casi a mi padre y yo tuve un episodio de volver a casa con 16 kilos menos y un agotamiento físico que no me dejaba subir ni 6 peldaños de escalera, estuve grave a cuenta de este cabrón de bicho que me hace replantearme la vida a diario, porque veo que la necedad humana solo pasa cuando ve el sufrimiento en sus propias carnes y aún así seguimos siendo masoquistas y ni vemos más allá, ni vamos a evolucionar nunca.
Siento que de nada haya servido, el esfuerzo de sanitarios y decenas de sectores que se han dejado literalmente la vida por sus semejantes. Hoy con la estadística en la mano se que nos tenemos merecido otro confinamiento, 58 brotes en 58 puntos diferentes de España, el mundo loco con más de 10 millones de contagios, y la vacuna que ni sale ni saldrá al paso que vamos.

Por sus vidas y las de sus hijos, padres y abuelos, les pido que usen las mascarillas y dejen de haber el memo aunque solo sea por los demás, las normas están pensadas para salvar vidas para hacer que todos podamos vivir un poco más.

Los datos los vemos a diario los entierros serán un problema de nuevo no tardando si seguimos así, piensen que podemos estar leyendo ahora pero en menos que canta un gallo en una UCI intubados o más allá en una caja de madera esperando a ser el siguiente en el crematorio.

Nos volverán a confinar por anormales
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