viernes. 19.04.2024

Una hora de regalo dominical

Relojes.

El día tiene 25 horas. No es una errata, he contado bien. Como cada último domingo de este mes, hoy toca ir buscando entre los cajones, las paredes o los aparatos electrónicos para cambiar de hora todos los relojes de la casa.

Los de última generación, como los del ordenador portátil, la tableta o el móvil se ajustan solos. Es el poder de la tecnología, que sabe mejor que tú en que día vives y tiene la capacidad de modificar las cosas.

La tecnología no sólo retrasa la hora, también cambia el sentido de las palabras porque un portátil ya no es algo que se puede llevar de la mano sino que se trata de un tipo de ordenador, y un móvil ha dejado de ser ese adorno que se cuelga del techo para convertirse en un teléfono del que nadie puede prescindir en el siglo XXI y una tableta ya no es de chocolate, sobre todo si utilizamos su traducción al inglés, la tablet.

Las novedades tecnológicas distorsionan la acepción de las palabras y nos cambian la hora solas, casi por arte de magia. Esta madrugada a las tres de la mañana, con nocturnidad y aprovechando la fase REM del sueño, los relojes inteligentes han vuelto a marcar las dos y así nadie ha tenido que preocuparse de darle a las manecillas y mucho menos de planearse a qué dedicará esa hora extra del día de la que le pedirán cuentas a finales de marzo.

Son 60 minutos de regalo, 3.600 segundos con los que no contábamos y que, si no fuera porque aún perviven los relojes tradicionales del tic-tac, ni nos daríamos cuenta de que disponemos de ellos.

Aprovéchenlos. Pueden, por ejemplo, acudir al mercadillo de trueque de Olivares, dar un paseo por el Duero, asistir en la otra orilla del río a la festividad del nazareno de San Frontis o cambiar la ciudad por el campo en busca de los codiciados hongos comestibles. Si me lo permiten, les sugiero que vayan de excursión a alguno de los pueblos de la raya, bien sea de Sayago, Aliste o Sanabria, y una vez allí crucen la frontera para pernoctar en el país vecino. Dado que en Portugal, como en Canarias, es una hora menos, su día llegará a tener hasta 26 horas. ¿No fue Einstein el que dijo aquello de que el tiempo es elástico?

Una hora de regalo dominical
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