jueves. 18.04.2024

El Consejo de Gobierno ha aprobado la declaración del documental denominado 'El Canal de Castilla', Bien de Interés Cultural con categoría de Bien Mueble. Este documental, depositado en la Filmoteca de Castilla y León, fue producido en el año 1931 por el director y documentalista salmantino Leopoldo Alonso Hernández.

Con él se concreta por primera vez esta valoración de Bien de Interés Cultural, como documento integrante del patrimonio cultural de Castilla y León, expresión, registro y testimonio único de los acontecimientos, así como reflejo de la sociedad y de la cultura contemporáneas.

El documental 'El canal de Castilla' (1931), de Leopoldo Alonso Hernández, que hoy se declara Bien de Interés Cultural con categoría de Bien Mueble es un ejemplo del escaso patrimonio cinematográfico conservado en España desde 1896 hasta 1940, teniendo como base los documentos custodiados en la Filmoteca de Castilla y León, lo que lo sitúa entre lo más relevante de la producción documental de la década de los años 30 en nuestro país.

Además de ello, su relevancia como Bien de Interés Cultural radica asimismo, en su calidad técnica y cualidades estéticas de la imagen, su interés documental por mostrar el modo de vida industrial en torno al Canal ofreciendo unas imágenes panorámicas de Valladolid en 1930 consideradas únicas, lo que convierten a este documental un documento de gran relevancia cuya salvaguarda y conservación para la posteridad se debe garantizar, como fuente de enriquecimiento para generaciones presentes y futuras.

La recuperación del documental

El documental, conservado en la Filmoteca de Castilla y León, capta y registra imágenes inéditas de esta importante infraestructura de comunicación, el Canal de Castilla, que se incorpora a la documentación histórica en otros soportes y se constituyen como bienes únicos que integran el patrimonio cultural.

Según los datos barajados por los profesionales que tiene a su cargo la custodia de los fondos fílmicos, especialmente la Filmoteca Española, de las décadas pioneras del cine (1896-1918) se conservan sólo el 12,5 % de los títulos que consta en la documentación y las publicaciones que existieron; del período siguiente, hasta 1929, se conserva el 29,5 % y de los años comprendidos entre 1928 y 1938 el 36 %. En este porcentaje se incluyen los documentales que custodia la Filmoteca de Castilla y León, de entre los que destaca El Canal de Castilla, que el paso del tiempo ha situado como claro ejemplo del lenguaje cinematográfico de la II República.

La recuperación de este documental en 35 mm, mudo y en blanco y negro, depositado por la Confederación Hidrográfica del Duero en el año 1997 en la Filmoteca de Castilla y León, ha supuesto la oportunidad de preservar unas imágenes únicas de nuestro pasado reciente y la posibilidad de poder poner a disposición de los ciudadanos una producción de gran calidad técnica sobre una de las infraestructuras de ingeniería más significativas e identificativas de Castilla y León, dotada de un singular significado histórico y simbólico dentro y fuera del ámbito territorial por donde discurre.

El documental muestra imágenes del Canal de Castilla rodadas durante el año 1930, mucho tiempo después de darse por concluida esta utopía del siglo XVIII, una obra faraónica con pretensiones humanas mediante la que se pretendía conectar las tierras de Castilla y León con el puerto de Santander y comunicar la meseta con la costa norte a través de esta vía fluvial que permitiera el flujo de mercancías y de personas. Conectar el centro aislado por las malas comunicaciones terrestres con el mundo exterior. La importancia de esta obra de ingeniería ha sido reconocida mediante su declaración como Bien de Interés Cultural en el año 1991.

La Confederación Hidrográfica del Duero, como administradora del Canal, promueve en el año 1930 un plan de obras para mejorar las infraestructuras de navegación y encarga la realización de un documental que será estrenado un año después en Valladolid. En esta película, el operador de cámara salmantino Leopoldo Alonso –aviador y fundador en 1929 de la productora Información Española Cinematográfica− recorre el Ramal del Norte, colocando la cámara a bordo de una de las barcazas que surcan el canal y fijándola en sus orillas para, desde allí, registrar las múltiples actividades que, además del transporte de mercancías, se realizaban en el canal: acequias para regar los campos de cultivo, producción de energía hidroeléctrica, dragados y limpieza de la broza, talleres de reparación de barcazas y fábricas de harina que, cerca de la capital vallisoletana, aprovechan la energía que les ofrece el agua canalizada.

Desde el punto de vista cinematográfico, los valores técnicos y estéticos, de esta película-documental son indudables. Está rodado y montado por el operador Leopoldo Alonso Hernández (Salvatierra de Tormes, Salamanca, 1877- Madrid, 1949), uno de los documentalistas más prestigioso de las décadas de los veinte y los treinta del siglo XX.

Fue un maestro del documental, un operador experto y estéticamente muy preciso. Fundó, junto con el Duque de Extremera, la productora Información Cinematográfica Española (ICE), empresa con la que produjo cincuenta documentales.

La Junta declara el documental ‘El Canal de Castilla’ (1931), de Leopoldo Alonso...