jueves. 28.03.2024
Argimiro Crespo, el "Juglar de La Carballeda" y el último arriero (Foto: folkenred)

Nacido en Codesal en 1921, con la desaparición  del conocido intérprete e informante de música y tradición oral se va una figura señera del folclore y Zamora pierde a su último arriero.

El folclore y la música tradicional de Zamora están de luto con la desaparición de uno de sus grandes maestros. Esta madrugada fallecía en Madrid el gran Argimiro Crespo, de Codesal, la voz y la memoria viva de La Carballeda y de todo el oeste de la provincia. Nacido en 1921 en Codesal, la localidad pierde a su más ilustre hijo en un día señero para el pueblo como es el 2 de febrero, día de Las Candelas.

Anico, Alberto Jambrina y Argimiro Crespo (Foto: Pío Boyano)Conocedor de muchos oficios, tendero y comerciante ambulante, Argimiro Crespo ha sido uno de los grandes intérpretes e informantes del folclore de la provincia. Autodidacta, poeta y soñador, Argimiro estaba dotado de una memoria privilegiada y una gran sensibilidad que le permitieron retener los relatos, canciones y leyendas que le contaban por los caminos que recorría en burra desde niño vendiendo aceite y petróleo para los candiles y farolas. Puede decirse que, además del "Juglar de La Carballeda", con Argimiro Crespo desaparece también la figura del último arriero de la provincia.

argimirocrespoAunque apenas pudo acceder a la escuela, el desaparecido intérprete se empapaba de saber popular en sus viajes y con las historias de la vieja radio que sonaban en la tienda de su padre, mientras dedicaba sus ratos libres a escribir sus vivencias y anécdotas en libros como "Memorias y leyendas", "Cartas a Minerva" y "El sauce llorón".

Dotado de una simpatía extraordinaria, su vocación como contador de historias venía heredada, como él mismo contaba, de su abuela que durante las tardes de invierno le contaba a su nieto historias con una narrativa extraordinaria. Argimiro Crespo grabó más de cien temas para el Cancionero Popular de Zamora con el etnomusicólogo Miguel Manzano y formó parte en sus inicios del grupo zamorano "Habas verdes", con Alberto Jambrina y Pablo Madrid, con quienes grabó el disco "Música tradicional, Zamora I", que fue galardonado por el Ministerio de Cultura y seleccionado en Alemania para seguir cursos en español.

Una vez jubilado, dedicó su vida al Museo Etnográfico de Codesal y a transmitir sus enseñanzas a los jóvenes de la comarca en Villardeciervos, además de seguir contando historias a los niñós bajo el árbol de Codesal en las noches de verano. Su repertorio era infinito, desde rondas, bailes, recitados y romances hasta canciones de trabajo, historias y leyendas que hacían de él un arcón de sabiduría tradicional con el que era imposible aburrirse.

Que su querida tierra de Codesal sea leve con quien tanto la amó, glosó y cantó. Su juglar, su último arriero, Argimiro Crespo, la voz y la memoria de La Carballeda.

Fallece Argimiro Crespo, la voz y la memoria de La Carballeda