sábado. 20.04.2024

Desde tiempos inmemoriales, el agua ha sido un elemento fundamental para el hombre, tanto para su uso higiénico como con fines terapéuticos.

Hoy en día es difícil imaginar nuestra vida sin agua caliente, ya que es un requisito de confort imprescindible. Los sistemas de distribución de agua caliente han tenido una gran evolución y en la actualidad, el calentador y la caldera de agua están al alcance de la mayoría de las personas.
Existen en el mercado varias opciones a la hora de decidir el aparato que nos va a proporcionará agua caliente sanitaria. Tanto la caldera de agua como el calentador y el termo pueden ser una buena opción para la comodidad y el bienestar de la familia.
Normalmente el calentador es de un tamaño inferior a las calderas y los termos. Calientan el agua fría de la red que entra en un circuito calentado por gas. Se mide en función de los litros que calienta por minuto. Por lo tanto, hay que adaptarlo a las necesidades de cada usuario. Las capacidades pueden ir desde los 5 hasta los 24 litros por minuto y requieren el alta en un distribuidor de gas.
Los termos eléctricos tienen la ventaja de que no requieren zona de extracción. Acumulan una cantidad de agua, dependiendo de su capacidad, y la mantienen a una determinada temperatura hasta su consumo. Una vez se haya hecho uso de esta, hay que esperar a que se genere de nuevo. En general son poco eficientes, y su consumo es alto.
La caldera calienta el agua para proporcionar agua caliente sanitaria y también alimentan de agua caliente todo el sistema de calefacción.
Podemos distinguir entre la caldera mixta instantánea que según la necesidad del usuario genera agua caliente, y la caldera con acumulador de agua caliente que mantienen el agua disponible para cuando existe la necesidad de su uso. La cantidad acumulada depende del modelo. La más utilizada es la caldera mixta instantánea.
En la caldera mixta, el agua que circula por los grifos, no es la misma que circula por los radiadores. En el caso de estos, es un circuito cerrado, que siempre utiliza la misma agua a una determinada presión. En cambio, el agua caliente sanitaria viene de la red pública y siempre es nueva. En el caso de que queramos utilizar ambas cosas, la caldera da prioridad al agua sanitaria, aunque el usuario prácticamente no lo percibe.
La caldera de condensación de gas aprovecha la condensación producida cuando combustiona el gas para convertirla en energía y con ello calentar el agua, De esta forma se minimiza el gasto de gas. Por ello este tipo de caldera se considera bastante eficiente.
La caldera más ecológica es la que produce menos emisiones de CO2 en su funcionamiento, consume una menor cantidad de combustible o bien utiliza combustibles de las llamadas energías renovables.
En el caso de la caldera de agua de biomasa, se entiende que su emisión de CO2 es 0, debido a que se utiliza combustible de origen vegetal.
También es una opción bastante acertada combinar el sistema de calefacción y agua sanitaria con paneles solares térmicos, que permiten reducir el consumo de combustible.

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