La multiculturalidad, la inocencia y la falta de fronteras hoy han sido protagonistas en la clausura del Festival de Folclore internacional de Zamora
De nuevo ha triunfado la multiculturalidad el folclore y el bien hacer de la Asociación etnográfica don Sancho y de su presentadora que ha vuelto a trasladar magistralmente los sentimientos de lo que es el folclore y el traspaso de fronteras a través de las tradiciones ya que han logrado reunir a 7 grupos folclóricos de 3 continentes de lo más variado y espectacular.
Esta tarde era la de clausura, la del fin de un festival folclore internacional que ha vuelto a llenar la plaza de la Catedral durante los 3 días que ha durado. También han llenado las calles y las plazas de la ciudad con bailes y cánticos de cada uno de sus lugares de origen. Países y culturas de tres continentes que han causado sensación y que han dado una visión totalmente diferente a los zamoranos y visitantes de lo que es el baile austero zamorano.
Hoy ha sido el día de la sencillez, de la inocencia, de la dulzura y del traspaso de fronteras.
Laura Rodríguez una pequeña zamorana ha sido la protagonista de la jornada de clausura. Una pequeña que se ha sentido guineana y ha encandilado las miradas de todos, bailarines y público.
Tras ver la actuación de Lous Crabots de Simsens llegados de las Landas francesas y que han protagonizado la primera parte de un festival hoy más que nunca intercultural, llegaba el grupo etnográfico de Areosa Portugal, qué ataviados con trajes de Viana do Castelo hicieron llegar de nuevo la cultura del país vecino a las más de 2000 personas que abarrotaban la Plaza de la Catedral de Zamora.
Después era tiempo para los vecinos segovianos, el grupo la Esteva que con sus jotas y bailes similares a los de nuestra Zamora emularon jotas y corridos castellanos.
Al escenario subió por último y para cerrar el festival el grupo de Guinea Bissau Netos de Bandim.
En principio lo hicieron solos con sus ritmos, con sus bailes, con la sonrisa abierta de su rostro, pero tenían preparada una sorpresa qué emocionó a los cientos personas que hoy se dieron cita en la Plaza de la Catedral.
Laura Rodríguez una niña zamorana acompañó en las coreografías de las chicas de Guinea Bissau en principio vestida de calle, y poco a poco volvió a subir en cada baile con un atuendo más parecido a lo que sus compañeras de Guinea llevaban puesto. Laura seguía las coreografías tras haber descubierto en uno de los talleres que estos días se han dado en la ciudad lo bien que se lo podía pasar como nos confesaba.
Laura disfrutó al igual que su familia y todos los que allí se dieron cita de la magia del folclore, de la inocencia y sobre todo de la multiculturalidad que da un baile tradicional sea africano, zamorano, portugués o de la isla de Pascua.
La espectacular puesta en escena de los bailarines guineanos con sus espectaculares saltos y sus diferentes y variados cómo coloridos atuendos, llevaron al escenario a todos los espectadores a acompañarlos en un fin de fiesta muy especial sobre todo para los voluntarios que han trabajado durante estos días porque todos que han venido actuar a Zamora se sintieran como en casa.
Hoy volvió a triunfar la falta de fronteras y la cultura, que sea así por y para siempre.
Galería de imágenes ( Aroa Colmenero)
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