viernes. 19.04.2024

Con una floja afluencia debido al aguacero que tuvieron que soportar recreadores y público, se daba por finalizada esta mañana la recreación histórica del Milagro de Empel en la Playa de Pelambres de Zamora.

Como de costumbre fue Jose Miguel Alberte el narrador de la historia que hace patrona a la Inmaculada de los Tercios Españoles y que gracias al tercio Viejo de Zamora lleva al mundo la celebración de esta onomástica y de este hito en la historia de España y de Zamora.

La historia ya conocida por todos y que resumimos aquí se daba esta mañana de domingo con un aguacero importante que no fue impedimento para relatar el Milagro de Empel una histórica épica que tiene que ver con Zamora y con la Imagen de la Virgen de la Inmaculada como cuenta la historia que fue la que intercedió por los tercios para su salvación. Leyendas o historias a parte esta fue la historia que se relató esta mañana y de la que al menos podemos ofrecerles una galería de imágenes de nuestro compañero Marcos Vicente que se mojó para tener el documento gráfico de la recreación de esta mañana.

Asediados por el ejército holandés del Almirante Holak podían cantar victoria tras producirse el de todos ya conocido Milagro de Empel.

Decenas de recreadores mostraban como fue la historia de una épica batalla que esta tarde tuvo su final en la playa de los Pelambres. El Tercio Viejo de Zamora y los soldados españoles conseguían una victoria milagrosa sobre las huestes holandesas mandadas por el Almirante Holack. Después de dos días de encamisadas, asedios y emboscadas el Milagro de Empel tomaba protagonismo de nuevo a orillas del Duero que semejaba al rio holandés. El rio Mosa se helaba y los tercios españoles presentaban batalla ante un ejército holandés que no pudo más que asumir una derrota que llevó de nuevo a España a la conquista del territorio.

Asi fue la historia:

"Francisco de Bobadilla ordenó al capitán Bartolomé Torralva y a un acompañante flamenco atravesar el bloqueo en una pequeña barca (pleyta) con varias cartas de auxilio. Entre ellas, se podía distinguir una que tenía como destinatario a Mansfeld, el que más cerca se hallaba del lugar de los hechos, otra a Juan de Águila y otra a la cercana guarnición de Bolduque.

El día 7 de diciembre, de acuerdo con la tradición, un soldado del tercio cavando una trinchera cerca de la iglesia o cementerio para guarecerse del aire y la artillería, tropezó con un objeto de madera allí enterrado. Era una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción.

Anunciado el hallazgo, colocaron la imagen en un improvisado altar y el Maestre Bobadilla, considerando el hecho como señal de la protección divina, instó a sus soldados a luchar encomendándose a la Virgen Inmaculada y a cantar la Salve.

"Este tesoro tan rico que descubrieron debajo de la tierra fue un divino nuncio del bien, que por intercesión de la Virgen María, esperaban en su bendito día". Según indica la citada tradición, un viento intensamente frío se desató aquella noche, helando las aguas del río Mosa, lo cual era bastante inusual incluso en esta época del año.

Al amanecer del día 8 de diciembre, Holak se vio obligado a ordenar retirada a sus barcos en busca de aguas saladas, para no quedar con ella varado o atrapado en el hielo a merced de los españoles.

El lunes 9 de diciembre, el grueso de la flota había abandonado las inmediaciones del dique y los campos anegados, pero los rebeldes ocupaban todavía sus fuertes de las isletas apoyados por seis navíos a sus inmediaciones.

Los españoles de Bobadilla, envalentonados por aquel cambio de acontecimientos sacaron algunas barcazas (pleytas) y cayeron sobre los holandeses rezagados, algunas versiones dicen que llegaron a asaltar y capturar 10 navíos enemigos y a hacer un cierto número de prisioneros, sin contar embarcaciones holandesas hundidas.

Rescatados con ayuda de este "milagro", y tras 8 días de asedio, el Tercio de Zamora de Bobadilla se había salvado. Con ayuda de la caridad de los vecinos católicos de Bolduque y los hombres de Mansfeld, se atendieron a los heridos y se alimentaron a los hambrientos.

Los españoles obtuvieron una victoria tan completa que el almirante Holak, mientras huía llegó a decir: "Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro"."Cinco mil españoles que eran a la vez cinco mil infantes, y cinco mil caballos ligeros y cinco mil gastadores y cinco mil diablos".

Aquel mismo día, entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción fue proclamada Patrona de los Tercios de Flandes e Italia. Ese patronazgo perdura así en la Infantería española hasta nuestros días.

Galería de Imágenes

Y aún con la lluvia se dio el Milagro de Empel en Zamora