Uno de los males endémicos de los pueblos zamoranos es la pérdida de gente, esepcialmente de gente joven que busca en las urbes la posibilidad de seguir progresando. Manzanal del Barco no es ajena a este problema y desde hace ya varios años los quintos escasean y sería imposible seguir con la tradición de poner el mayo sin la ayuda del resto del pueblo. Por eso, hace casi dos años, se creó la Cofradía del Mayo, una cofradía que tiene como objetivo mantener esta tradición ancestral en los pueblos zamoranos.
Lejos quedan los años en los que el grupo de quintos, numerosos en la mayoría de los pueblos zamoranos, se dedicaban durante esta tarde del 30 de abril a buscar un mayo y colocarlo en la plaza del pueblo únicamente con su fuerza. Lejos quedan esos años en los que los pueblos hervían de gente durante el año y no sólo en la época estival.
El mayo, sirve, según tradiciones ancestrales, para fecundar la tierra, pero era también una forma de unión de los quintos de la mayoría de los pueblos de la provincia, una forma de arrimar el hombro juntos y poder ver su obra durante el mes. El mayo es una tradición que ha resistido decenas de años en la mayoría de los pueblos aunque, desgraciadamente, en muchos se ha perdido. Aguantan los que todavía lo hacen de forma manual, intentando no reducir en exceso su tamaño, intentando que siga luciendo frondoso en algun lugar visible del pueblo. Otros han tenido que echar mano de maquinaria del campo para aliviar el peso, para que los quintos y familiares y amigos puedan cumplir con la tradición.
Desgraciadamente hay otros que, por el envejecimiento de la población, por la falta de jóvenes, han abandonado esta costumbre, han dejado huérfano un día mágico en las localidades zamoranas.
Este año Manzanal del Barco cuenta con tres quintos que, aunque no residen en la localidad, si que la visitan con asiduidad. Francisco calvo Sutil, Victor Calderón y Javier Contra serían los encargados este año de poner el mayo, algo que seria imposible dadas las dimensiones del mayo de Manzanal del Barco.
Por ese motivo, y para no perder la tradición, el pasado año se creó la Cofradía del Mayo, que tiene su momento álgido el 30 de abril con la colocación del arbol en el medio de una plaza que en quince días acogerá las fiestas patronales y que estará colocado en el centro de los festejos taurinos.
Casi un centenar de vecinos, la mayoría residentes fuera de la localidad, se dan cita este 30 de abril para buscar el mayo, colocarlo en la plaza con la ayuda de algunos tractores y unas sogas que lo sujetarán durante todo el mes y para reunirse en una cena de hermandad en las escuelas de la localidad.
Este año los vecinos de la localidad iniciaron a las 19:00 la búsqueda del mayo, de unos 30 metros de altura, y se llevó hasta la plaza donde, los cofrades repusieron fuerzas con la cena de hermandad antes de que, a partir de las 00:00, cuando abril se convierte en mayo, los mozos del pueblo pusieran un mayo que costó casi tres horas colocar.
