jueves. 28.03.2024

El problema de siempre, la falta de educación también la de siempre, el daño a lo que hay en la calle, gratuito y sin pensar en nada más que en los egos de gamberros sin normas sin estilo y sin clase.

Ese es el resultado de tanto grafiti y de tanto hacer daño por hacer, triste la máxima de no hacerlo en su puñetera casa o en la de sus padres. Todos tuvimos de pequeños esa necesidad de pintorrejear, pero claro estaba que la terapia rural del "cocotón" o del castigo funcionaba. Pena que no se les pille más a menudo y puedan imponerse penas de limpieza, primero de conciencia de ellos mismos y después de las miles de pintadas que siguen existiendo en la capital y que no se han limpiado ni se limpian.

Una disyuntiva que se vendió con la puesta en marcha de una brigada que limpiaría con una máquina los cientos de grafitis que afean y aviejan nuestras calles y que al final no se les ha visto o ustedes si los vieron...

cabina_máquina_grafiti.jpg

Exterminio telefónico y pintajos en las cabinas, otra serie de los vándalos que ayudan...