A veces ser alcalde de pueblo tiene su aquel y mientras muchos se enfrascan en sentajos y en llamadas absurdas para ver quien les hace el trabajo, otros ponen su trabajo por delante y pico y pala en mano y saco de sal, al tractor o a la furgoneta se disponen a librar a su localidad de este otro mal o bien llamado nieve que en estos tres días se ha helado y ahora es el mal mayor de roturas de cadera, piernas, codos y esguinces.
Los casos de dos alcaldes, Roberto en Carbajales de Alba y María en Sanzoles son ejemplo de que no hace falta ser ingeniero o trabajador de la Diputación para hacer que sus vecinos tengan claro quien hace que en sus pueblos.
Antes de lo suyo, lo de los demás, e incluso dejando a un lado a sus familias o explotaciones por el bien común. Algo que es muy difícil de ver hoy en día. Pala en mano o pico, o TT o con el tractor y la furgoneta, incluso yendo a comprar sal de la alimentaria puesto que la potasa y la sal que suele dejar la Diputación a sus pueblos parece haberse acabado. Hoy tanto María Mulas como Roberto Fuentes han tirado de pala y de saco de sal para dejar libre de más hielo las zonas más importantes del pueblo donde que haya hielo es un verdadero peligro para una Zamora vacía y mayor que bastante tiene con eso ser mayor.
La sal por las nubes a 10 euros el saco de 25 kilos comentaba esta mañana María que pedía la colaboración vecinal para que con palas y con tractores los vecinos que las tuvieran ayudaran en una labor que beneficia a todos y que cuanto antes se haga menos problemas habrá más tarde, ya que aunque son ya 3 días tras el paso de Filomena los neveros en sombra hacen que las calles sean verdaderas pistas de patinaje para los habitantes.
