Tarde de toros en el coso toresano con los diestros para esta del 25 de agosto: Finito de Córdoba, Juan del Álamo que fue el gran triunfador de la tarde, y David de Miranda al menos cortó una oreja. Falta de casta en cuatro de los 6 de Nuñez de Tarifa, el lote de del Álamo el único que pudo con los premios.
Media entrada en la plaza de Toro con un público entregado a un festejo que deslució por la falta de casta en los toros según los entendidos. Juan del Álamo ha sido el mayor beneficiado de la tarde al conseguir en sus dos toros un trofeo de primeras y las dos orejas en un segundo en el que pudo lucirse y poner de manifiesto su arte y arrojo.
Los toros de la ganadería de Núñez de Tarifa no han estado a la altura y aunque los diestros han intentado mejorar las faenas, ambos dos, los toros Finito con mucha más clase y torerío que fuerza en los astados dio lo que pudo y David de Miranda el de Trigueros, Huelva, más de lo mismo, muchas ganas pero poco que hacer con su lote, que fue flojo y con poco juego por no decir ninguno, aunque sacó pólvora de su último en suerte y le cortó una oreja.
En conjunto corrida floja en cuanto a los astados y solo aprovechable el lote que le tocó en suerte a Juan del Álamo que realmente si que supo sacarle todo el partido a sus dos toros a los que exprimió con varias series de naturales y pases de casta y pundonor que al menos en su segundo le llevaron al doblete en el premio. En su primero logró un trofeo en un toro con buena arrancada pero que dio lo que pudo y aún así logró doblegarlo hasta en la suerte final.
De los otros cuatro toros y de las faenas de Finito y de Miranda comentar que hicieron lo que pudieron ya que en la suerte con sus lotes y sus toros poco pudieron demostrar en una tarde en la que amenazaba lluvia, pero que al final libró en un coso con mucha casta pero que hoy no fue una tarde de aquellas de grandes festejos de otra época. En resumen tres orejas para un Juan del Álamo que gestionó muy bien su lote y que salió por la grande del coso taurino de una plaza de toros con solera como es la de Toro. Un David de Miranda que hiló fino en su segundo para conseguir un premio, y un Finito al que no llegaron a la manoletina los que le tocaron en suerte.
