viernes. 29.03.2024

La antesala de la capilla del Cristo de las Injurias acogía esta tarde a las 20 horas la conferencia "De Burgos a Zamora. Diego de Siloé y el Cristo de las Injurias", una exposición razonada de Luis Vasallo Toranzo, Doctor en Historia del Arte y Profesor de la Universidad de Valladolid, en la que el erudito asegura que el Cristo de las Injurias es de Diego de Siloé.

La conferencia presentada por Sergio Pérez Martín, Secretario del IEZ "Florián de Ocampo", entidad que organiza el acto acogío a decenas de personas interesadas en la autoría de la que es una de las imágenes zamoranas que más devoción tiene.
La investigación del Doctor Luis Vasallo realizada meses atrás le llevan a asegurar con muy pocas dudas que el Cristo de las Injurias viene de Burgos, encargado por Juan Rodríguez de Fonseca, Obispo de Burgos y natural de Toro. Que es el que trae a Diego de Siloé de vuelta a Burgos y que le encarga la Escalera Dorada y le encarga algunas otras obras de devoción, en el inventario del obispo relata la singularidad de un Cristo que aparece en su caja y que además habla de un Cristo grande que el obispo usaba para los oficios de Semana Santa. El Cristo llega a los Jerónimos de Zamora, y después de la desamortización llega a la Catedral, ¿Y porque llega a los Jerónimos de Zamora? el autor de la tesis, asegura que en la fundación del hospital de Toro y para revisar las cuentas del Hospital nombra al prior de los Dominicos de Toro, al prior de los Jerónimos de Zamora y a un representante de la Colegiata de Toro, a los que les paga todos los años un dinero por revisar las cuentas, pero además les recompensaba con imágenes, Luis Vasallo dice que son tres las imágenes con las que el Obispo compensaba, el Cristo de las Injurias, la Virgen con el Niño de San Juanito de Ordoñez que está en el Museo y la Virgen de la Mosca que es obra de los pintores de la corte de Margarita de Austria.
Su teoría de la llegada y la justificación de la autoría es la base de esta conferencia que ha ensimismado a propios y a extraños que han comprendido con las explicaciones de Luis Vasallo que Diego de Siloé es el autor de esta imagen de nuestro Cristo de las Injurias. Una conferencia muy visual en la que ha mostrado al público la semejanza en las obras de Siloé con la estructura sobre todo muscular del Cristo de las Injurias, Italo-zamorano. Este Cristo lo hizo alguien que estuvo en Italia asegura Vasallo, solo Alonso Berruguete y Diego de Siloé podían hacer este tipo de imagen, una afirmación que según comentaba a este diario Luis Vasallo hace que tras su estudio el poder rebatirlo sea harto difícil.
Berruguete es mucho más expresionista pero Siloé sí que es mucho más clasicista y con mucha más formación para realizar este tipo de Cristo más clásico y que hace que la antigüedad clásica basada en el David o en el clasicismo del arte clásico italiano sean la base de esta impresionante escultura que llena la capilla que lleva su nombre. Las teorías han quedado demostradas con la conferencia que el profesor y doctor de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid ha llevado a cabo esta tarde en la antesala de la capilla del Cristo de las Injurias.
Para el autor está claro que es de Siloé, y la comparación de la anatomía es evidente, por tanto el Cristo de las Injurias sería el único Cristo de Diego de Siloé ya que tampoco se conoce ninguno atribuido al artista que en los años 1520/ 1540 pudo vivir en Castilla.

Diego de Siloé

Diego de Siloe— (Burgos; c. 1495-Granada; 22 de octubre de 1563),1​ arquitecto y escultor castellano, uno de los primeros artistas del Renacimiento en este país.

Con toda probabilidad fue hijo del escultor gótico Gil de Siloé, y pasó la primera parte de su carrera artística (1519-1528) en su lugar de nacimiento, Burgos, donde trabajó principalmente como escultor.

La obra artística de Siloé combinó el estilo renacentista italiano —que había estudiado en una visita a Nápoles hacia 1517—, con las influencias del estilo gótico español y del arte árabe. La Escalera Dorada de la catedral de Burgos es su obra más importante de este periodo (1519). Su proporcionada, rotunda y airosa estructura con esculturas de querubines, escudos de armas y ornamentación vegetal, ocupa en su totalidad uno de los muros de la catedral. Con esta obra, Siloé salvó el desnivel de la puerta de la Coronería de la catedral, situada en el brazo norte del crucero de la misma, e incorporó además elementos arquitectónicos de raigambre clasicista, al modo del arquitecto italiano Donato Bramante, diseñando una escalera monumental que se bifurca en dos tramos paralelos al muro del fondo.

Desde 1528 hasta el final de su vida trabajó en Granada, sobre todo como arquitecto. En 1547 compró a Beatriz Hernández, la casa n.º 5 de la desaparecida calle Angosta de la Botica, que heredo a su muerte su esposa Ana de Bazán.2​ Su llegada a la ciudad supone el asentamiento de las propuestas de carácter clasicista en Andalucía. Se le encargó terminar dos conjuntos arquitectónicos proyectados anteriormente con una finalidad funeraria: la iglesia del Monasterio de San Jerónimo —lugar de enterramiento de los Fernández de Córdoba, incluyendo la tumba del Gran Capitán— y la catedral de Granada, donde realizó uno de los edificios más destacados del estilo renacentista español. De este templo destaca la organización de su cabecera, como un enorme espacio central cubierto con una gran cúpula, al modo de los edificios funerarios de la época romana. En el sistema de alzados, se pueden observar referencias al arte de Filippo Brunelleschi con unos grandes pilares sobre cuyos frentes se apoyan medias columnas corintias, duplicando además la altura de las naves con un segundo cuerpo de soportes sobre el entablamento del primero. Sobresale también la portada del Perdón (hacia 1534) concebida a modo de un gran arco de triunfo. Su rica decoración y las líneas y curvas, enérgicas y fluidas, de su interior fueron una temprana expresión del estilo plateresco en el arte español. Otros de sus proyectos más destacados son la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación —espléndida muestra de la arquitectura de transición del gótico al renacimiento construida entre 1542 y 1573, en la que también participó uno de sus discípulos, Juan de Maeda—, la Iglesia de San Gabriel de Loja y la Sacra Capilla del Salvador de Úbeda, concebida como lugar de enterramiento de la familia Cobos. Tiene una nave central de tres tramos, capillas laterales entre contrafuertes y una cabecera circular cubierta con una gran cúpula. Por último, habría que señalar la proyección de su arquitectura en España (catedrales de Almería, Málaga, Albacete y Guadix— y en la América española, en las catedrales de Guadalajara, Lima y Cuzco.

Pero la obra de este artista sin par no sólo se subscribe al sur peninsular y al entorno burgalés, pues, de su imaginario surgió uno de los conjuntos funerarios más fascinantes con los que cuenta la comunidad autónoma Vasca, el Mausoleo del que fuera presidente de la Chancillería de Granada, el obispo Rodrigo Mercado de Zuazola. Esculpido en mármol blanco, lleno de grutescos y de escenas alegóricas y que se puede admirar en la Capilla de la Piedad de la Iglesia de San Miguel Arcángel de Oñate.

El Cristo de las Injurias tiene autor reconocido y constatado por por Luis Vasallo...