El Obispo recuerda a los 205 misioneros zamoranos que desarrollan su labor evangelizadora por el mundo
El Obispo de la Diócesis, Gregorio Martínez Sacristán, ha presidido esta mañana en San Andrés la celebración del Día de la Iglesia y la posterior ofrenda floral ante la estatua de San Alfonso de Zamora, ya ubicada en la Plaza del Seminario, con motivo de celebrarse el XXV aniversario de su canonización.
Unas doscientas personas han asistido a la solemne ceremonia religiosa, que ha tenido lugar en la iglesia de San Andrés y en la que se ha recordado a los sacerdotes y religiosas de toda la diócesis, al celebrarse el Día de la Iglesia.
Presidida por una gran reproducción del primer santo mártir zamorano, la eucaristía ha contado con la intervención del Coro San Alfonso de Zamora, dirigido por Javier Escudero, que ha interpretado numerosos temas para voces graves.
A la ceremonia y posterior ofrenda floral han asistido representantes de la Comunidad de Jesuitas de Zamora y de la Delegación Diocesana de Misiones, así como el concejal de Obras, Manuel Hernández, y una representación de la Junta pro Semana Santa.
Testimonio de predicación y vida
Como acto previo a la ofrenda floral, tuvo lugar una lectura de la vida del santo zamorano, canonizado hace 25 años por Juan Pablo II.
El obispo de la Diócesis, monseñor Martínez Sacristán, ha glosado la figura del santo zamorano como un ejemplo de "amor total y no por entregas". "Esta ciudad que tanto quiere a Cristo Crucificado -dijo el prelado- y que así lo demuestra cada Semana Santa tiene en San Alfonso el mayor modelo de seguimiento a Jesús. Nunca lo dejó solo".
Además, el obispo hizo mención a una de las frases del santo zamorano ("Vivir como hermanos y estar unidos a Dios"), a la vez que recordó a los 205 misioneros zamoranos que desarrollan su misión evangelizadora por todo el mundo.
Finalmente, el prelado se refirió a San Alfonso Rodríguez como "testimonio de predicación y vida" e instó a los presentes a celebrar "la gloria de nuestro santo zamorano".
Defensor de los indígenas
El jesuita San Alfonso Rodríguez se distinguió por su defensa de los indígenas del Paraguay contra los traficantes de esclavos y por ello fue asesinado.
Tras ser beatificado, fue llevado a los altares hace 25 años por Juan Pablo II junto a dos de sus compañeros.
La estatua de Zamora, obra de Ricardo Flecha, realizada en bronce y de tamaño natural, fue costeada por los Jesuitas y por suscripción popular y ubicada de forma provisional en Las Viñas hace 14 años hasta su traslado, a finales de esta semana, a la Plaza del Seminario.
La vida de San Alfonso Rodríguez y de sus compañeros inspiró la famosa película "La Misión".
