Así lo ha hecho saber la Dirección General de Salud Pública de Castilla y León, con Carmen Estébanez al mando, ante la situación actual debido al coronavirus.
Teniendo en cuenta las medidas de contención de las autoridades sanitarias, la Dirección General de Salud Pública de Castilla y León ha decretado que todos los velatorios estarán prohibidos, tanto en instalaciones públicas como privadas. Para los entierros se restringe la comitiva, reduciendo el número de personas a los familiares más cercanos, siempre guardando la distancia de seguridad, entre uno y dos metros. Así mismo, se puede aplazar la ceremonia de culto o civil fúnebre para el momento que cese el estado de alarma decretado.
En segundo punto, siguiendo con lo estipulado en el Artículo 4.2 del Decreto 16/2005 sobre Policía Santaria Mortuoria, se contempla como una excepción una situación epidemiológica que pueda suponer riesgos para la Salud Pública como es el caso de actuaciones de limpieza, ni intervenciones de tanatopraxia o tanatoestética sobre ningún cadáver. Estas prácticas no se realizarán; al igual que no será necesario la espera de 24 horas para dar destino al cuerpo.
Como destino final está permitida la elección entre entierro incineración; en este último caso, no supondrá ningún riesgo la manipulación de las cenizas.
